El semestre pasado tuve la oportunidad de ser estudiante del historiador iraquí Omar Mohammed. Es el creador del blog «Mosul Eye». A través de este blog el Sr. Mohammed pudo informar al mundo la vida bajo el Estado Islámico en Mosul, su ciudad. Hoy en día trabaja duro para hacer posible la reconstrucción de Mosul.
Durante las clases del profesor Mohammed tuve la oportunidad de conocer al Sr. Valéry Freland, director ejecutivo de la recién creada organización ALIPH (Alianza Internacional para la protección del patrimonio en zonas de conflicto). En este artículo quiero plasmar el conocimiento que recibí de mi profesor Omar Mohammed y dar a conocer acerca del trabajo tan admirable de ALIPH.

Desde siglos atrás el ataque a sitios de patrimonio cultural se ha usado como una táctica de guerra. Recientemente hemos visto cómo grupos terroristas deciden saquear y atacar sitios históricos y culturales sistemáticamente.
Se ha tratado de estudiar cuál es la razón por la cual el patrimonio cultural es un blanco de guerra para que de esta manera prevenir dónde hay mayor riesgo y crear estrategias para prevenirlo. Johan Brosché explica que existen 4 razones principales por las cuales se realizan estos ataques.
Primero, la propiedad cultural es un blanco porque está conectada con el problema por el que luchan las partes del conflicto. Es decir, por razones ideológicas.
Segundo, el patrimonio cultural se ataca por razones de estrategia militar para: a) ganar posiciones claves, como una montaña o sitios a lo largo de caminos principales; b) quebrar la unidad y la cohesión de la resistencia; c) en guerra de guerrillas toman control de un sitio cultural para establecer una base, sabiendo que el gobierno no los atacará ahí; d) lugares como iglesias o templos pueden volverse lugares para discusión política u organizar la oposición y ataques.
Tercero, atacar un sitio cultural puede ser una manera de enseñar su poder y que son capaces de todo. Son blancos de guerra de bajo riesgo pero que dejan una señal muy poderosa.
Finalmente, el patrimonio cultural, museos, colecciones, etc., son saqueados para después vender piezas de arte en el mercado negro con el fin de seguir financiando la guerra. Por ejemplo, la venta ilegal de antigüedades constituye un recurso financiero esencial de los grupos armados en Irak, Siria, Afganistán, etc.
En los últimos veinte años Medio Oriente y la región del Sahel se ha visto asolada por guerras y ataques yihadistas. Los grupos terroristas tienen como blanco de guerra el patrimonio cultural por razones ideológicas. Ven a esos lugares como una amenaza a su misión y su mandato. Lo que buscan es destruir la identidad y la memoria colectiva del pueblo. De esa manera hay una mayor facilidad de imponer e implantar su ideología y su idea de un Estado Islámico.
Cabe mencionar que el ataque a bienes culturales es considerado un crimen de guerra pues son bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario. Por lo tanto, cualquiera que ataque el patrimonio cultural tiene que ser condenado por la Corte Penal Internacional.
La UNESCO ha reafirmado que el patrimonio cultural es importante porque es capaz de moldear la identidad individual y colectiva, así como la memoria colectiva. El patrimonio cultural promueve la diversidad y el diálogo intercultural; crea un sentido más fuerte de pertenencia; puede crear construcción de paz; es una herramienta educativa efectiva. La cultura es «vital en el proceso de fortalecer los lazos entre los pueblos y las regiones»
Ante esta realidad la Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en Zonas de Conflicto (ALIPH) fue creada en 2017 para convertirse en el primer fondo internacional dedicado exclusivamente a la protección del patrimonio cultural en zonas de conflicto
El mandato principal de ALIPH es proteger el patrimonio para crear paz. Esta nueva organización busca preservar tanto el patrimonio cultural tangible como el intangible, con la convicción de que la protección y el refuerzo de la memoria histórica puede llegar a ser una manera de fortalecer y empoderar a los pueblos y de esa manera reconstruir la paz.
La organización cuenta con ocho Estados miembros (China, Francia, Kuwait, Luxemburgo, Marruecos, Arabia Saudita, Suiza y Emiratos Árabes Unidos) y 3 donadores privados (Thomas S. Kaplan, Jean-Claude Gandur y The Andrew W. Mellon Foundation)
ALIPH es un modelo único ya que es a la vez una fundación privada bajo ley suiza, una organización internacional con base en Ginebra, un instrumento financiero, una sociedad pública-privada, con expertise científico y una organización de pequeño tamaño que les da la ventaja de actuar con agilidad y tomar decisiones rápidas en unanimidad.
Es una fundación que busca actuar antes, como protección preventiva en caso de un alto e inminente riesgo; durante, actuando como protección de emergencia cuando sea posible; y después del conflicto, en la rehabilitación, reconstrucción y restauración del patrimonio tanto tangible como intangible.
Tiene como prioridades la protección de sitios y monumentos, documentar e interconectar el patrimonio, salvaguardar museos y sus colecciones y proteger el patrimonio cultural intangible.
Actualmente financia 44 proyectos en 14 países: Afganistán, Costa de Marfil, Eritrea, Georgia, Irak, Libia, Líbano, Malí, Palestina, Perú, Somalia, Siria, Yemen y Sudán.
Irak es el país en el cual ALIPH está más involucrado. En total, han comenzado a financiar 7 proyectos. Están especialmente comprometidos con Mosul, ciudad capturada en el año 2014 por ISIS y que quedó bajo su control hasta 2017. ALIPH contribuirá con el proyecto de la UNESCO lanzado en 2018 para reconstruir la ciudad de Mosul llamado “Reviviendo el Espíritu de Mosul”.
En Afganistán comenzaron el primer proyecto para salvaguardar patrimonio intangible. Están financiando un proyecto destinado a proteger la práctica tradicional de la fabricación de azulejos decorativos en Herat, el tejido de alfombras en Bamiyan y la fabricación de tambor en Kabul.
Perú es el único país en el que trabajan que no es parte de Medio Oriente y de la región del Sahel. Están financiando a la Universidad Nacional de Ingeniería para preservar 12 iglesias del siglo XVI que fueron dañadas durante la guerra civil.

Este lunes, 24 de agosto, ALIPH anunció que va a destinar un primer monto de 5 millones de dólares para rehabilitar el patrimonio dañado en Beirut después de la explosión que azotó al puerto el 4 de agosto, y en donde varios museos, bibliotecas y monumentos se vieron afectados. ALIPH está colaborando con otras instituciones internacionales y libanesas dedicadas a la rehabilitación del patrimonio


ALIPH es una organización muy nueva, novedosa y esperanzadora pues vemos que hay interés, voluntad política y voluntad de ciertos actores privados, por proteger el patrimonio cultural de los pueblos, que es también patrimonio cultural de toda la humanidad. Es esperanza porque la reconstrucción de la identidad de los pueblos puede volver a crear lazos de fraternidad que tarde o temprano crearán paz.

Revivir el patrimonio cultural “revelará que la única forma de vivir juntos es creyendo en la diversidad como un mosaico, donde cada pieza distinta es integrar para la revelación del todo, donde cualquier pieza faltante, al final, robará todo su destino compartido”
(Omar Mohammed 2019)


Referencias

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